El anteproyecto - Un pez varado en la arena

El anteproyecto - Un pez varado en la arena

La solución ofrecida por Francisco Mangado para el Palacio de Congresos de Palma se puede interpretar en términos de dos grandes trazos que discurren según los límites norte y sur de la parcela que hay frente al mar. Dos trazos de muralla desposeídos de densidad física, pero dotados de intensidad funcional y significación arquitectónica.

Uno está orientado al norte y contiene todos los servicios de soporte a los usos principales, y también los accesos de suministros y personal. Pero el más importante, el que está orientado al sur y al mar, es una fachada profunda, constituida por un entramado vertical denso que rememora la densidad de les murallas, de cuatro metros de profundidad, que evita la iluminación directa al interior, pero que permite colocar escaleras, algunas mecánicas, que al subirlas y bajarlas, permiten ver el horizonte marítimo. Estos elementos de comunicación se manifiestan en el exterior con grandes pantallas de vidrio incrustadas en el conjunto de la trama.

Elevadas en el último nivel, cuenta con salas de congresos y un gran restaurante con vistas abiertas al mar. Estos usos están directamente conectados al cuerpo del hotel mediante un puente que permite el funcionamiento integrado con una planta intermedia al hotel de uso público. El Hotel cuenta con gimnasio, piscina, centro termal y otro restaurante, que pueden entenderse como una continuidad con los usos ya descritos en el edificio de congresos.

Les salas de congresos están pensadas con la idea que permitan el máximo grado de uso y flexibilidad. Además de utilizarlas para grandes congresos (con una capacidad aproximada para 2.000 persones), existe posibilidad de convertirlas en un auditorio. Todas las salas también se pueden dividir mediante plafones móviles y de esta manera se poden fer simultáneamente congresos menores.

La materialización de todo el conjunto pretende, por una parte, utilizar la luz de Palma i crear un sistema de reflejos y sombras marcadas. Por otra, la idea es configurar un gran pez yacente encallado en la orilla del mar, de formas y geometrías definidas pero de tránsito suave, que explica la geometría continua de la cubierta, sólo vaciada en la terraza del restaurante, que aparece como un gran mirador con vistas directas al mar y al bulevar costero.

Galería Multimedia

Fecha última modificación: 30 de septiembre de 2021


Menú de navegación